Moyano, el mafioso.

Los camioneros de Hugo Moyano, en el día de ayer, se apostaron frente a los diarios Clarín y La Nación para bloquear la salida, y así lograr imponer sus demandas. Es una actitud claramente mafiosa la de este dirigente kirchnerista, a quien el gobierno nacional deja hacer con total impunidad. Se obstaculiza la libertad de comercio y de información, pero la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y sus ministros se preocupan por concentrar más y más poder, mientras estas hordas fascistas se apoderan de las calles de Buenos Aires.
Lo mismo viene ocurriendo desde hace ya varios años con los legionarios fascistas de Luís D'Elía, que interrumpe el tránsito con su grupo de encapuchados, armados con palos. Es lo que ocurrió en Jujuy, en donde el grupo de amedrentamiento autoritario de Milagro Sala intentó acallar al senador Morales.
La existencia de estos grupos mafiosos está dañando severamente el orden constitucional, tal como ocurrió en la Europa de los años treinta, en donde las SA de Adolf Hitler atacaban, golpeaban y callaban a la fuerza a todos los que no pensaban como ellos. Lo mismo pasó con los legionarios fascistas de Mussolini, así como los milicianos comunistas en otras naciones. La sombra totalitaria casi logró destruir la civilización occidental en esos años, provocando muertes, destrucción, miseria y guerra.
Este gobierno, que ha salido de las urnas, ¿hasta cuándo seguirá apañando a estos grupos mafiosos autoritarios que vulneran los derechos fundamentales que reconoce nuestra Constitución? ¿Queremos volver a las viejas y nefastas prácticas de la Alianza Libertadora Nacionalista, el grupo de choque del general Perón? Quiero vivir en paz y libertad, y no volver a esa pesadilla que fueron los años setenta, en los que tanta sangre corrió en nombre de un general que alentó a todos los demonios, sólo para morir sentado en el sillón de Rivadavia.

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